
En una feria de automóviles que se celebraba en Bonao, como parte de los atractivos de la misma, se incluyó a una masajista que estaba haciendo una demostración de los beneficios que producen los masajes en el ser humano.
Después de hacer una introducción a los presentes, la masajista preguntó:
-Quién desea que hagamos una demostración, dándole un masaje?.
Miguel, ni tonto ni perezoso, levantó la mano.
-Pues quítese la ropa, y acuéstese en la camilla boca abajo- le ordenó la masajista, a lo que Miguel accedió gustosamente.
De inmediato procedió a darle masajes por la espalda, mientras daba explicaciones a los presentes.
-Se siente bien?- le preguntó la masajista a Miguel.
-Si, me siento bien- respondió.
-Pues ahora dése la vuelta, y póngase boca arriba- ordenó la profesional.
Cuando Miguel dio la vuelta, !oh sorpresa… la excitación del masaje lo había traicionado, y estaba como Radio Guarachita, con ‘’su antena polidireccional de 360 grados transmitiendo para los 4 puntos cardinales” como decía Bernardo Palau Pichardo.
Entre los presentes se escuchó de inmediato un ”ji ji ji” y ”un cui cui cui” de la gente riéndose al ver aquello, con lo cual la masajista cayó en cuenta de que se le había dañado la demostración, y en un arranque de cólera le dijo a Miguel:
-Mire, viejito sinverguenza, póngase su ropa y váyase!
A Miguel no le quedó más remedio que salir en calzoncillos ”escurridito”, tratando en el trayecto de ponerse la camisa y los calzones, bajo la risa de la gente, con su ”antena polidireccional de 360 grados”.
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