En su casa se fabricaban las bombas con las que se pretendían paralizar las entradas de los pueblos e impedir que los militares fueran casa por casa, habitación por habitación, a media noche, a levantar de sus camas a los muchachos que no aceptaban la dictadura, para entregarlos al “régimen”.
Su padre Antonio Tejada Guzmán, abierto opositor al gobierno dictatorial, le enseñó a ser fuerte desde niña llevándola al cementerio por las noches junto a sus seis hermanos para que perdieran el miedo. Así crecieron dispuestos a darlo todo por una Patria mejor, excepto una de las hembras que temía quedarse totalmente huérfana, ya que había muerto su madre Altagracia Gómez. Tampoco quería que le mataran a sus hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario